Notas de prensa
RIESGO DE FALTA DE MANO DE OBRA EN NAVARRA PARA 2036
Mercado laboral desde 2008:
Se ha necesitado más de una década para recuperar el nivel de empleo perdido en la gran crisis (2008-2012)
Se observa el envejecimiento de las personas empleadas y una significativa incorporación de las mujeres, que representan casi la mitad del total de personas ocupadas
Demografía y empleo. Horizonte 2036:
Nueve escenarios proyectados: en cuatro se anticipa un déficit y en los cinco restantes un exceso de mano de obra
Navarra deberá actuar en tres direcciones: fomento de la participación laboral de las personas trabajadoras sénior, atracción y retención de la migración y aceleración de los programas de recualificación profesional
17 de junio de 2025.‑En Navarra se evidencia cierta probabilidad de que en 2036 no se disponga de las personas suficientes para trabajar. Esta es una de las principales conclusiones contenidas en el informe ‘Empleo y Transición Demográfica en la CAPV y Navarra: Horizonte 2036’. El estudio ha sido presentado por Joseba Madariaga, director del Departamento de Estudios de LABORAL Kutxa y por Javier Cortajarena, director Territorial de la cooperativa de crédito. En la exposición ante los medios de comunicación, ambos han estado acompañados por M. Carmen Maeztu, consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo del Gobierno de Navarra.
Con el objetivo final de proporcionar una base de reflexión rigurosa para los agentes públicos y privados sobre la evolución del mercado de trabajo en la próxima década, ambos ponentes han destacado la importancia, en clave económica y social, de analizar el impacto de la transición demográfica en el empleo, considerando el envejecimiento de la población y las proyecciones demográficas hasta 2036.
Evolución demográfica y empleo (2008-2023)
La esperanza de vida en la CAPV y Navarra ronda los 84 años, mientras la natalidad se mantiene en 1,3 hijos por mujer, lejos del nivel de reemplazo. Aunque las migraciones netas actuales contribuyen parcialmente a sostener la población, la combinación de baja fecundidad y alta longevidad está impulsando un acusado envejecimiento demográfico.
En el plano del empleo, durante los 12 años retrospectivos que analiza el estudio, se ha experimentado una recuperación sostenida del empleo desde la gran crisis de 2008-2012. A pesar de la pérdida inicial de puestos de trabajo, la tasa de empleo ha mejorado de manera continuada, alcanzando en la actualidad los mejores datos desde 2008.
Con todo, entre otras conclusiones derivadas del estudio, se ha observado un progresivo envejecimiento de las personas empleadas y un aumento de la contribución al empleo de las personas foráneas. Por su parte, la estructura del empleo es claramente terciaria, con un peso creciente del empleo asalariado y público. En la parte más positiva, cabe destacar que el empleo femenino ha crecido notablemente y representa ya casi la mitad del total.
Escenarios de empleo: Horizonte 2036
El estudio propone un ejercicio de proyección para esbozar cómo podría configurarse el mercado laboral en el año 2036. A partir de dos preguntas —cuántas personas estarán disponibles para trabajar y cuántos empleos podrían existir si la economía reproduce comportamientos ya observados—, el análisis busca delimitar el margen de incertidumbre al que se enfrentan las administraciones, las empresas y los agentes sociales al planificar el relevo generacional de la fuerza laboral.
El punto de partida lo marca la población potencialmente incorporable al empleo. Para ello, se toma como base la proyección más reciente del Instituto Nacional de Estadística, publicada en 2024, centrándose en los grupos de edad de 20 a 64 años —rango comúnmente utilizado por Eurostat— y de 20 a 69 años, que permite estimar el efecto de llevar la actividad más allá de la edad de jubilación. Sobre estas bases, se aplican tres hipótesis de tasa de empleo: la primera replica el promedio observado en 2018-2019; la segunda, la media de 2022-2023, que representa la situación más actual; y la tercera, el objetivo europeo del 78% fijado para el año 2030. La combinación entre población y tasa da lugar a tres escenarios que indican cuántas personas podrían estar empleadas en 2036, dependiendo del grado de inserción laboral alcanzado.
De forma paralela, el estudio construye un modelo de “demanda”. Para ello, analiza la evolución de afiliaciones y personas ocupadas entre 2009 y 2023, y extrae tres trayectorias promedio: una más conservadora, que reproduce la contracción registrada entre 2009 y 2017; una intermedia, que recoge el promedio completo del periodo; y una más dinámica, que refleja el crecimiento observado desde 2012, tras la etapa más crítica de la crisis financiera. Estas trayectorias se proyectan hasta 2036 y permiten estimar cuántos puestos de trabajo podrían generarse si la actividad empresarial siguiera cada una de esas pautas.
La combinación de las tres cifras de oferta con las tres de demanda da lugar a nueve escenarios posibles. En el caso de la Navarra, cuatro de esos escenarios presentan un déficit de mano de obra y en los cinco restantes el saldo es positivo, lo cual indica un excedente de personas.
La conclusión a la que se llega es que, para la Comunidad Foral, es muy relevante alcanzar el objetivo de tasa de empleo del 78% fijado por Europa, en cuyo caso no se aprecia déficit de personas en ningún escenario de crecimiento del empleo. Por otra parte, la consecución de dicho objetivo parece factible dada la brecha de únicamente 4 puntos porcentuales que existe con respecto a la tasa de empleo actual. Obviamente también es imprescindible que las dinámicas demográficas proyectadas no sufran alteraciones, particularmente aquéllas que lleven a situaciones más negativas en cuanto al número de personas.
En todo caso, las estimaciones no deben tomarse como un pronóstico definitivo, sino como una herramienta flexible, actualizable conforme se disponga de nuevos datos poblacionales o se constaten desviaciones en la creación de empleo. Su utilidad reside en evidenciar hasta qué punto la evolución demográfica condiciona la capacidad de respuesta. Una Navarra que quiera mantener su base industrial, avanzar en servicios de alto valor y responder a los retos de una economía envejecida deberá actuar en tres direcciones: fomentar la continuidad laboral de los trabajadores sénior, atraer y retener la migración, y acelerar los programas de recualificación profesional.
En última instancia, el estudio confirma que la ecuación entre número de empleos y número de trabajadores ya no se resuelve únicamente mediante el ciclo económico. A partir de ahora, cualquier estrategia de empleo en Navarra tendrá que integrar de forma estructural variables demográficas, educativas y migratorias si se quiere llegar a 2036 sin que la escasez de mano de obra frene el desarrollo.
Pacto social y futuro cooperativo
Como mensaje final, el informe ofrece una visión detallada de los desafíos y oportunidades que enfrentarán ambas comunidades autónomas en los próximos años. La adopción de políticas proactivas y la colaboración entre el sector público y privado serán, sin lugar a duda, fundamentales para garantizar la sostenibilidad del mercado laboral y la competitividad de la economía territorial.
A pesar de los riesgos evidentes que se ponen de manifiesto, el resumen del estudio concluye con un mensaje de esperanza en clave de cooperación. Así, se defiende que la CAPV y Navarra pueden liderar la nueva ola europea de prosperidad si articulan un pacto social que transforme la longevidad en ventaja competitiva: “El tejido cooperativo, la cultura industrial y la solvencia tecnológica son bazas poderosas, siempre que se asuma que el talento será escaso. Como recuerda el lema cooperativista, el futuro se fabrica trabajando juntos, y sólo desde una acción colectiva será posible afrontarlo con éxito”.