Notas de prensa
Los hogares vascos vuelven al pesimismo
El segundo trimestre de 2022 confirma la vuelta al pesimismo por parte de los hogares vascos (-7), en consonancia con un escenario en el que prevalece la incertidumbre, la revisión a la baja de los pronósticos de crecimiento económico y un repunte inflacionista sin precedentes desde los años ochenta. Así…
¿Cuál es la opinión de los hogares vascos con respecto de la evolución socio-económica general en los próximos doce meses?
- Los hogares vascos son pesimistas (-7) como lo son en el Estado (-25) y en la UE-27 (-22). El año 2022 ya venía marcado por el repunte de los precios (especialmente de los productos energéticos) que se agudiza con el conflicto bélico, situación que no parece que vaya a resolverse en el corto plazo. En definitiva, los hogares europeos comparten esta situación y, en consecuencia, el mismo pesimismo.
¿Cómo se construye la confianza de los hogares vascos y su evolución?
- Los hogares vascos son pesimistas con respecto de la evolución de la economía general (-20) y del hogar (-17), directamente impactada por un repunte en los precios que recorta su capacidad de gasto. Pero todavía son optimistas sobre la evolución del desempleo (8) y su capacidad de ahorro (1).
- Pero, sobre todo, mantienen unas expectativas claramente pesimistas con respecto de la evolución de los precios (-52) que, en este segundo trimestre de 2022, registra uno de los peores datos.
- Estas expectativas se alinean con los datos registrados (mayo) por la CAE, con una cifra histórica en la afiliación a la Seguridad Social (986.436 personas afiliadas, +23.222 que en mayo de 2021), que sigue rebajando las cifras de paro registrado (113.352 personas, -9.266 que en mayo de 2021). No obstante, se confirma que el crecimiento económico del primer trimestre había sido algo más débil del previsto (+1,0%, en tasa intertrimestral, Eustat) y se consolida la escalada de la inflación subyacente, que roza el 5% (avance-mayo).
¿Cómo afecta la confianza en el gasto y la inversión del hogar?
- Los hogares vascos empeoran la valoración del momento actual para la realización de grandes compras (-35), por lo que las expectativas de realización de estas grandes compras se deterioran un poco (-7). Además, se debilita la expectativa de compra de vivienda y de vehículo.
- De hecho, el crecimiento del consumo de los hogares vascos ya ralentizaba su mejoría (+3,1%, primer trimestre de 2022, Eustat) y, definitivamente, la matriculación de vehículos nuevos mantiene su perfil de pérdida (-11,3%, en tasa interanual, acumulado enero-mayo). Por el contrario, la compraventa de viviendas sigue recuperándose (+16,6%, enero-marzo), superándose los niveles pre pandemia y cerca de los resultados de 2007 (primer-segundo trimestres).
En síntesis: la inflación y las consecuencias del conflicto bélico han deteriorado las expectativas de los hogares vascos, muy sensibles a los pronósticos que vienen rebajando la recuperación anticipada para 2022, después de dos años complejos. La confirmación de una trayectoria inflacionista que parece que se va a alargar y que ya se extiende a un panel creciente de bienes y servicios (efecto “bucle”) es compartida y deteriora fuertemente la confianza de los hogares vascos y europeos.
Los hogares van a reconsiderar y dimensionar sus estrategias de gasto e inversión, de acuerdo con su fondo de ahorro y la previsible subida de tipos de interés. Eso sí, todo ello, calibrando sus decisiones ante una temporada estival “normalizada” después de dos veranos de restricciones.