Fitch destaca la solvencia de Caja Laboral en su nuevo rating
La agencia de calificación modifica la nota ‘A+’ por una nota media-alta ‘A’ y destaca al mismo tiempo sus “razonables” beneficios y su poca exposición al sector inmobiliario con respecto a la media del sector.
La agencia de medición de riesgos Fitch rebajó ayer un escalon la calificación de la deuda a largo plazo de Caja Laboral, de A+ (calidad buena) a “A” (buena calidad).
Largo Plazo | A (antes A+) |
Corto Plazo | F1 (sin cambios) |
Rating individual | B/C (antes B) |
Apoyo legal | 3 (sin cambios) |
La nueva calificación situa a Caja Laboral en un nivel de activos con una fuerte capacidad de pago de intereses y de principal .
En su comunicado, Fitch explicó que ha decidido recortar la nota de la entidad, situandola a niveles de las entidades del entorno, a causa del deterioro sufrido por los activos y las dificultades del “débil” entorno económico español, sobre todo debido a la tasas de paro.
Sin embargo, Fitch consideró que la calificación de Caja Laboral como emisor de deuda a largo plazo (IDR), que se sitúa en A, es un reflejo de la economía del País Vasco y Navarra -mejor que la estatal-, dada la “sólida” presencia de la entidad en estas comunidades, así como su buen perfil financiero y sus “fuertes” ratios de capital.
Según Fitch, a pesar del recorte del margen de intereses y el aumento de los costes financieros, los beneficios se mantuvieron en un nivel “razonable”.
Para este año, la agencia espera que persista la presión sobre los márgenes y el deterioro de los activos, si bien destacó que Caja Laboral se encuentra menos expuesta a la crisis del sector inmobiliario y de la construcción que otras entidades financieras españolas.
Además, resaltó que la liquidez de Caja Laboral es “fuerte”, y que esta entidad cuenta con unos depósitos “estables”, al tiempo que su ratio de capital principal es del 11,6%, con lo que se mantiene por encima de los requisitos de solvencia fijados por Gobierno, que se sitúan tras el aumento de exigencia en el 10%, además de cumplir ya con la exigencia que establece Basilea III para el año 2019.