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Sala de prensa Laboral Kutxa

Notas de prensa

La confianza de los hogares vascos está hundida

      • La pérdida de confianza registrada deja a este indicador en un valor de -24

      • El grado de deterioro de la percepción de la realidad  vuelve a valores similares a los registrados en la crisis de 2008 (III trimestre, -25 puntos)

 

 

La sociedad vasca afronta un brusco cambio de escenario: la crisis de covid-19 ha puesto en marcha el estado de alarma, el confinamiento y restricción de movilidad de las personas y la paralización de una parte muy importante de la actividad. Además del impacto en la salud y la presión en el sistema sanitario, el resultado ha sido el desplome de la actividad económica, el repunte del desempleo y una crisis mundial.

En el segundo trimestre de 2020, el Índice de Confianza del Consumidor vasco es claramente pesimista (-24 puntos), tal y como lo fue en la crisis de 2008 (III trimestre, -25 puntos). Ahora bien, que este pesimismo se mantenga dependerá de la rapidez y eficacia en la superación de este primer impacto, en comparación con lo que paso en 2008.

¿Cuál es la opinión de los hogares vascos con respecto de la evolución socio-económica general en los próximos doce meses?

Los hogares vascos (-24) son tan pesimistas como los hogares del entorno: el desplome de la confianza atraviesa la UE-27

¿Cuáles son los factores que construyen la confianza de los hogares vascos y su evolución?

Hundimiento de las expectativas sobre la economía general (-32, -25 puntos) y del empleo (-44, -40 puntos); las expectativas sobre la economía del hogar y del ahorro familiar también emporan (-13 y -6, con -12 y -13 puntos, respectivamente).

Los datos confirman estas expectativas: aumento del paro registrado (+22.064 personas paradas más en mayo frente a febrero) y pérdida de la actividad económica (descenso intertrimestral del PIB del 4,7% en el primer trimestre de 2020) en la CAE.

¿Cómo afecta la pérdida de confianza en el gasto y la inversión del hogar?

Se anticipa un repunte en los precios superior al registrado en el último año y empeora la valoración del momento de compra, en valores muy negativos, que vuelve a los niveles del primer semestres de 2015.

Expectativa de realización de grandes compras en negativo y perfil de atonía en la intención de compra de vivienda o de automóvil.

Los meses de marzo y abril registran los peores registros en el consumo se los hogares y en las ventas de viviendas y vehículos, con caídas intermensuales espectaculares.

En síntesis, los hogares vascos afrontan el segundo semestre del año francamente pesimistas al igual que en el otoño de 2008. Pero las diferencias entre ambas crisis son relevantes y serán determinantes en el resultado de la salida: en este caso, originada desde la demanda (caída del consumo) y con los hogares y las empresas menos endeudadas, junto con diagnóstico y plan de acción institucional compartido (sobre todo, europeo) y un panel de medidas de contención puesto en marcha desde el primer momento. Se espera una mejora paulatina y vinculada al éxito de la vuelta a la normalidad, cuyo resultado construirá la recuperación de la confianza de los consumidores que, no obstante, se aplaza a 2021.